REPRESENTACIÓN SOCIAL DEL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO: ENTRE LA CONSTRUCCIÓN DE LA MASCULINIDAD Y LOS RITOS DE PASO. ESTUDIO DE CASO, COMUNIDAD CEBADAPATA.

Abstract

El Servicio Militar Obligatorio (SMO) en la mayoría de los estados modernos y no solamente en Bolivia desde sus inicios la justificación que se proporcionó tuvo una política de carácter geopolítico, esta se refiere principalmente a cuestiones de integración y conservación de la unidad nacional, en el entendido de evitar una dispersión regional de la nación y, por ende, una respuesta ante un escenario de guerra. Por un lado, el SMO, se han constituido en el marco de referencia en la relación existente entre Estado-nación, apoyada por el discurso de “servir a la patria”, institución que supuestamente otorga el acceso a la ciudadanía mediante el servicio militar. La masiva incorporación anual de jóvenes a los cuarteles, en su mayoría provenientes de las aéreas rurales ha tenido su respuesta proporcionando moralidad institución, donde la oficialidad del Estado establece que el cuartel sería el lugar más apto para “civilizar” a jóvenes (rurales carentes de educación) a realizar el servicio militar, y mediante la misma prepararlos y “transformarlos”, física, psicológica y culturalmente en “ciudadanos útiles”; es decir, que el cuartel operaría como uno de los factores pedagógicos culturales y acceso a la ciudadanía (Quintana, 2006), Es así que todavía se justifica el servicio militar obligatorio. El rito de ingreso al servicio militar se materializa mediante una serie de actos o ritos, ruptura con el ámbito familiar o comunal, se ingresa a etapa del disciplina miento del cuerpo y que deja atrás los hábitos de la vida civil, por último, una vez concluida el SMO se lo reconoce como un hombre y que adquiere el estatus, por lo que el festejo es público. La sociabilidad masculina es una práctica que efectúan los jóvenes que fueron al SMO, e sus dinámicas de interacción social entre hombres (relaciones intra-género) donde se dinamizan jerarquías y subalternidad con respecto a “ser hombre”, vinculado al servicio militar. El ritual de dominar y afirmarse coexiste en la lógica binaria de género que separa lo femenino de lo masculino y, más aún, dentro de un mismo género. Por tanto, existe un performance de la masculinidad, es una puesta en escena de la hombría masculina. La masculinidad, por sí misma, no tiene sentido, sino en comparación frente a otros.